#Clanes:La historia real de la serie de Netflix que mezcla crímenes, narcotráfico y romance

LA MINISERIE TIENE 7 CAPÍTULOS Y ARRASA EN LA PLATAFORMA A NIVEL MUNDIAL

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TAMAR NOVAS Y CLARA LAGO

Netflix incluyó una nueva producción española dentro de su catálogo, se trate de "Clanes" y, rápidamente, se convirtió en la número uno entre las más vistas en Argentina.

Esta ficción está basada en hechos reales, aunque no es un true crime como "El Caso Asunta".

La Miniserie tiene drama, romance y suspenso y consta de 7 capítulos de 40 minutos. La ficción también explora temas como la venganza, la justicia, la familia y la lealtad.

Los actores protagonistas de esta serie son:

Clara Lago, Tamar Novas, María Fernanda Rey, Antonio Velázquez, Juana Acosta, Loreto Mauleon, Michel Jenner, Samuel Page, entre otros.

SINOPSIS:

La historia gira en torno a Ana, una joven abogada que regresa a su pueblo natal en Galicia tras el asesinato de su padre. Al llegar, descubre que su progenitor, quien creía era un hombre honrado, en realidad llevaba una doble vida como testigo protegido en una investigación contra un poderoso clan narcotraficante.

Motivada por la venganza, Ana decide infiltrarse en el clan para descubrir la verdad sobre la muerte de su padre y llevar a los responsables ante la justicia. Sin embargo, su camino no será fácil, ya que se verá envuelta en un mundo de peligro, corrupción y secretos familiares.

La historia real en la que está basada la serie (ALERTA SPOILER)

Las versiones reales de estos personajes, según publicó el portal español Fotogramas,  se llaman Tania Varela y David Pérez Lago, quienes se conocieron en el año 2005 y, además de iniciar una relación sentimental, compartieron negocios. Su historia, llena de giros dramáticos, captó la atención de los medios de comunicación, no solo por las actividades delictivas sino porque ella, como personaje, era muy llamativa: de una prometedora profesional del derecho pasó a ser una fugitiva internacional.

Cuatro años antes de conocerse, Tania Varela había sido elegida por el Ayuntamiento de Cambados para dirigir el Centro de Información á Muller (CIM), un centro de atención a las víctimas de violencia de género, cargo que dejó tiempo después para montar su despacho como abogada. La vida de Tania Varela dio un giro drástico cuando se enamoró de David Pérez Lago, hijastro del conocido narcotraficante Laureano Oubiña. Él acudió a la abogada por un presunto problema urbanístico, aunque en aquel momento ya no era un hombre limpio: años atrás, en 1999, había caído en la operación Ocaso, en la que se intervinieron quince toneladas de hachís a bordo de un barco.

Tania, sin embargo, se enamoró del narco, tres años más joven que ella. David aspiraba a convertirse en uno de los hombres más poderosos del narcotráfico gallego, en un momento en el que los grandes cabecillas de décadas pasadas habían sido desactivados. En 2006, preparó un gran golpe que no resultó bien: trató de meter un alijo de dos toneladas de cocaína por la Costa da Morte, valorado en unos 160 millones de euros. Pero le cazaron en el puerto de Corcubión y eso le llevó a la cárcel. Y, con él, arrastró a Varela, presuntamente también involucrada en la operación.

En 2013, Tania Varela fue condenada por blanqueo de capitales relacionado con el narcotráfico, pero en lugar de cumplir su condena, decidió huir, convirtiéndose en una de las fugitivas más buscadas de España. Ella, a diferencia del resto de implicados en aquella operación de Corcubión, no aceptó el trato que le ofrecía la fiscalía para evitar el juicio, con multa y unos años de cárcel, y quiso defender su inocencia. Le salió mal. Ni la Audiencia Nacional, que la condenó a siete años de cárcel y dos multas de 318 millones de euros, ni el Tribual Supremo le dieron la razón y se ordenó su ingreso en prisión, pero para entonces Tania había desaparecido.

Entre el alijo de Costa da Morte y esa orden de detención hubo otro giro de guion. La banda de David Pérez Lago fue defendida por un abogado madrileño llamado Alfonso Díaz Moñux, conocido por haber llevado antes casos de muchos otros narcos gallegos y mafiosos rusos. Díaz Moñux inició una relación sentimental con Tania Varela, que ya lo había dejado con Pérez Lago, e incluso trabajaron juntos después de que ella saliese en libertad temporalmente. En 2008, dos sicarios se abalanzaron sobre el coche en el que iban Alfonso y Tania y le mataron a él de dos tiros en la cabeza.

Cinco años después de que se perdiese el rastro de Varela, tiempo en el que fue la única mujer en la lista de 70 fugitivos más buscados de la Europol, se la detuvo en Sitges, donde vivía bajo una identidad falsa y junto a una hija, que había tenido durante ese tiempo. Por su parte, David Pérez Lago volvió a delinquir después de cumplir su condena, siendo detenido en 2018 nuevamente como parte de la Operación Mito, en la que también estaba involucrado José Ramón Prado Bugallo, otro de los narcos más importantes del país.

 

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