Guillermo Saccomanno destrozó a La Sociedad Rural, Clarín y La Nación y cuestionó al presidente:"Alberto ponete las pilas"

EL ESCRITOR HABLÓ DE SU FUERTE DISCURSO EN LA FERIA DEL LIBRO

ACTUALIDAD 30 de abril de 2022 rs
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GUILLERMO SACCOMANNO

Luego de su impactante discurso inaugural en la Feria del Libro, donde cuestionó a los monopolios productores de papel, la lógica comercial del evento y las condiciones sociales de la industria, el escritor argentino Guillermo Saccomanno aseguró que trató de ser “sincero y mantener alguna coherencia”. “No hice más que hablar de mi realidad”, remarcó.

En  AM750, Saccomanno habló con Luis Bremer y se metió de lleno en un aspecto clave de su discurso de este jueves en la feria, cuando planteó la delicada situación económica y social que atraviesa la Argentina. “No se puede soslayar que las sucesivas crisis económicas han afectado no sólo la industria editorial. No es una novedad que nuestro país ha superado el 40% estadístico de pobreza y que la línea de hambre es impiadosa”.

 “Cada día veo cada vez más pibes tirados en la calle, que se manifiestan a través de un grito primal. Es una realidad que vivimos. Sería bueno que los funcionarios salieran a la calle, la caminaran, viajaran en colectivo, anduvieran por las calles del centro donde se ven seres humanos tirados en la lleca”, remarcó el autor de novelas como Cámara Gesell, El oficinista o La lengua del malón, entre muchos otros.

En este sentido, afirmó que “las decisiones políticas están en manos del Estado, es el que debe transformar esta situación, pensando en planes de lectura, educación, ni hablar con el arrastre que significó el macrismo como entrega”. “Tenemos una línea de pobreza incontestable. Una línea de hambre, las estadísticas son muy fuertes. Diría “ponete las pilas Alberto”, señaló

Por otro lado, consideró al libro como el “objeto más solidario”. “Te acompaña en el colectivo, en el subte, en el baño. Pero también es cierto que necesitás tiempo y la gente no lo tiene”, recordó. “Cuando la gente llega a la casa está fusilada, prefiere una pavada en Netflix y seguir de largo”, señaló.

La reflexión de Guillermo Saccomanno sobre su discurso

“Traté de ser sincero, mantener alguna coherencia entre lo que hablo, lo que siento, cómo vivo y lo que pienso. No hice otra cosa, no descubrí la pólvora. Ocurrió que nombré la soga en la casa del ahorcado”, señaló el escritor.

Además, consideró que la Feria del Libro era el “lugar indicado para decirlo”. “Es como si en el Coloquio de IDEA apareciera un delegado clasista y dijera que su familia vive con dos mangos y hablara de sus condiciones de su trabajo, no me propuse bajar línea, no hice más que hablar de mi realidad”, agregó.

 “Un escritor gana el 10 % de un precio de tapa. Cuando el Gordo Soriano firmaba contratos que eran best seller y se hablaba de los contratos fabulosos que tenía, nos poníamos a conversar y si bien parecía un pelotazo de dinero, cuando se prorrateaba por el tiempo que llevó la novela, era menos que el sueldo de un docente”, ejemplificó.

El discurso:

El autor de "Cámara Gesell" dio un mensaje muy combativo que abarcó desde la oposición al oligopolio de la industria del papel hasta la mercantilización de la Feria y la "relación despareja" entre autores y editores: "El editor es propietario de un banco de sangre compuesto por un arsenal de títulos publicados siempre en condiciones desfavorables para quienes terminan donando prácticamente su obra", sentenció.

“La Feria siempre me generó tensión. Y no sólo porque uno se se topa con un injuriante pabellón Martínez de Hoz, que homenajea al esclavista y saqueador de tierras indígenas, antepasado del tristemente célebre economista de la última dictadura”.

El bosque, el papel, la escritura. Saccomanno escribió este discurso en su casa del bosque en Villa Gesell, donde vive desde hace treinta años, sobre un papel de hojas lisas, con una birome negra, como hace cada vez que escribe. Del bosque la madera, de la madera el papel y una problemática que aqueja a editoriales pequeñas y medianas: la escasez y el alto precio. "A la escasez de papel, producto de la pandemia y el aumento en los costos de energía en el mundo, se le suman en nuestro país los problemas habituales: la industria del papel es oligopólica, el papel se cotiza en dólares, y aun cotizando en dólares, tiene inflación y ningún tipo de regulación desde el Estado".

En este sentido, contó cómo son los jugadores de la industria del papel, a la que ubicó en dos grandes empresas "una es Ledesma, propiedad de la familia Blaquier Arrieta, una de las más ricas del país, apellidos vinculados con la última dictadura en crímenes de lesa humanidad" y la otra "Celulosa Argentina, su directivo es el terrateniente y miembro de la Unión Industrial José Urtubey, conectado con la causa Panamá Papers".

Con ese tono de denuncia de los oligopolios y siempre aprovechando la incomodidad para agregar humor, lamentó que "han destinado su producción a papel para embalar o para cajas, y no tanto al papel de uso editorial". Como contraoferta, convocó a crear una papelera con participación del Estado, cartoneros y cooperativas.

Al plantear la compleja situación socioeconómica del país y mencionar el 40 por ciento de pobreza en el país, Saccomanno, incidirá con una reflexión a propósito de lo que implica la lectura: "Corresponde entonces preguntarse si un chico con hambre está en condiciones de realizar esa operación, asimilar conocimiento cuando no ha asimilado alimento".

"¿Es una paradoja o responde a una lógica del sistema que esta Feria se realice en la Rural, que se le pague un alquiler sideral a la institución que fue instigadora de los golpes militares que asesinaron escritores y destruyeron libros? En lo personal, creo que esta situación simbólica refiere una violencia política encubierta", planteó.

Esa violencia también se cuela en nuestra literatura, que "está signada por la violencia política", dijo refiriéndose al "indio, la mujer y el inmigrante" como víctimas que han "sido y siguen siendo muchas veces escamoteadas". "Toda nuestra literatura, incluso aquella que se define como de evasión, aunque se haga la otaria, también tiene que ver con la violencia política. Es que, me digo, si escribimos no podemos jugarla de inocentes".

Los medios hegemónicos atacaron al escritor, el informe de 679:

Y así como no se juega de inocentes tampoco le interesa "bajar línea". Frente a una audiencia fragmentada en cuanto a aplausos y risas de acuerdo a qué interlocutor disparaba, Saccomanno aseguró que "quienes me han leído saben que, acá, ahora, persisto en sostener una contrariada coherencia".

En este "nervioso desorden enumerativo", como describió sus palabras de apertura, el autor de "El oficinista" volvió al tema de la crisis: "La crisis que afecta a la industria es tanto una realidad como la de quienes, a pesar de las dificultades colectivas y personales de toda índole, persisten en la escritura y creen que, si bien la escritura no puede transformar el mundo, puede hacerlo un poco mejor".

Y como cierre de ese engranaje donde el centro siempre estuvo en escribir, en la industria y en la relación con la realidad, ese terreno plagado de contradicciones y tensiones, Saccomanno poco antes de despedirse dejó rebotando una definición luminosa: "La vida es breve, uno escribe contra la fugacidad. Escribir es el intento muchas veces frustrado de capturar instantes de belleza, registrarlos para que sobrevivan a pesar de la finitud. Se escribe en soledad, pero no ajeno a las contradicciones de lo real, de lo social".

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